Elegimos nuestra realidad

Actualmente la sociedad se divide en dos: la que se construyó en las aulas de clases donde se impuso que las empresas son las articuladoras de la economía del país, y la nueva economía de la conciencia, la que construyen las empresas líderes en el rubro, quienes buscan integrarse en la sociedad, no solo como productoras de bienes y servicios, sino como actores relevantes en el bienestar de la comunidad.

La nueva ecuación

Las empresas ya no se pueden desligar de este nuevo escenario, deben dejar atrás su rol netamente comercial y transformarse en entidades entregadas a la comunidad con el fin de aportar al bien común.

¿Cómo surgió la economía de la conciencia?

Todo gran cambio en la economía, es resultado de grandes cambios en la sociedad. Los siguientes tres fenómenos que experimentó la humanidad pueden ilustrar cómo surgió esta nueva forma de funcionar:

La Crisis de Sentido

Estudios demuestran que la mayoría de las personas en el mundo no están contentas en sus trabajos. En Chile, solo el 53% de las personas son felices en su trabajo. Afectando a talentos de todas las áreas y cargos, desde el operario hasta el alto ejecutivo. ¿Por qué? Hay toda una generación de colaboradores que se dio cuenta que su actividad laboral absorbía la mayoría del tiempo de sus vidas, dejando de lado el cumplir las grandes expectativas que se tenían sobre el mundo laboral.

Se contrapuso la estabilidad económica versus la estabilidad emocional. La sensación de presión, estrés, conflicto, amenaza y excesiva competitividad dejó en evidencia sentimientos de enojo, frustración, desinterés y aburrimiento; las brechas salariales y privilegios de pocos, no hacen más que generar una gran sensación de inequidad.

Todos estos conflictos confluyen en un bajo rendimiento, por tanto una caída en la productividad y finalmente el resultado anual de la empresa se ve afectada.

Los colaboradores de las empresas se vieron a sí mismos, evaluaron su sensación de vacío, se cuestionaron el modelo de consumo, la normalización del endeudamiento de la clase media, el CAE, la cuota del auto, la imposibilidad de poder comprar sus propias viviendas.

La desconfianza hacia las empresas, marcas, la publicidad, la colusión y las instituciones solo perdieron en este proceso, su credibilidad ya no era la misma.

La religión dejó un gran vacío espiritual con todo el revuelo alrededor de diferentes casos. La política por su parte ha sido más cuestionada que nunca, en todas las partes del mundo,.

La suma de todo esto, el final de esta ecuación, es lo que se denomina como “crisis de sentido”; las personas ya no saben por qué viven, creando como consecuencia un cambio de paradigma.

La 4ta revolución industrial

La fusión de las tecnologías está creando un impacto colosal en nuestras vidas, lo que está sucediendo no es más de lo que hemos visto en cientos de películas de ficción: se está borrando los límites entre lo físico, digital y biológico.

La disrupción digital es una realidad. A diario nos topamos con videos de entretenimiento de personas que usan lentes VR y confunden la realidad con un juego; tanto así, un ejemplo lo puedes observar en el documental “Sin límites”, muestra como el actor Chris Hermsworth experimenta una acción de realidad virtual simulando una caminata en las alturas, rápidamente sus latidos se aceleran, pese a no haber un peligro real para él, su cerebro sí recibe la amenaza.

Tecnologías como la big data, inteligencia artificial, blockchain, computación cuántica, nanotecnología, robótica, internet de las cosas, impresión 3D, vehículos autónomos, entre otras innovaciones; impactan diariamente a toda la humanidad.

Esto sin duda trae y traerá consecuencias, con reasignaciones de puestos de trabajo, cambiará la forma en cómo trabajamos y nos relacionamos. Así como habrá profesiones que queden obsoletas, otras nacerán para quedarse.

El paso hacia las tecnologías limpias, menos contaminantes, amigables y seguras será una realidad. Este crecimiento exponencial hará que la innovación colaborativa tenga su propio espacio.

Algunos especialistas creen que la 4ta revolución industrial podría hacer cambiar en las personas su crítica percepción sobre las empresas comerciales, siempre y cuando se adhieran a la transformación digital.

El cambio climático

Aquí es donde a las empresas se les pidió hacer su parte del trabajo, tomar una conducta de sostenibilidad frente al mercado, sin dejar ni un paso fuera del proceso, esto significó revisar, repensar y replantear su manera de producir, distribuir y desechar.

La huella ecológica se ha visto reducida gracias a la integración de tecnologías con foco en la economía circular. La Ley REP por ejemplo, deja en evidencia la fuerte tendencia hacia el compromiso con el medioambiente, cuestionando la reputación, prestigio y posicionamiento tanto de marcas nuevas como consagradas.  

Este es el punto de inicio de las organizaciones conscientes

Cuando las organizaciones se dan cuenta que es inviable seguir con un modelo empresarial que lleva décadas sin ser transformado, entra una revolución más importante que los obliga a adaptarse a la realidad donde la economía de la consciencia dicta el camino a seguir. Está en sus manos adaptarse a un paradigma de mayor consciencia o bien, volverse obsoletos.

Tener un propósito no significa perder el miedo

Cambiar el modelo no es fácil, pero el valor que aporta en el tiempo demuestra que vale la pena. Las organizaciones están viviendo una oportunidad histórica, donde se debe vencer el temor a perder rentabilidad al agregar actividades distintas a las de su giro.

Es en este punto donde se recomienda como primer paso, realizar un diagnóstico a la organización y todas sus aristas, desde ahí intentar establecer un índice de qué tanto grado de consciencia tiene mi organización y en base a esto establecer con los profesionales adecuados, el tránsito paulatino a tomar para llegar al punto de evolución que la empresa considere adecuada.

Experiencia internacional

Las empresas internacionales que han iniciado este camino para ser organizaciones conscientes han obtenido resultados favorables, un ejemplo de esto es Unilever, quienes ya en su reporte 2018 demostraban que, tan solo transformando 22 marcas de las más de 400 marcas que tienen, a marcas sostenibles, apalancaron el 70% del crecimiento de Unilever.

Por otra parte, en Colombia las marcas con propósito representaron el 40% del crecimiento. Medidas como disminuir sus desechos, reciclar, repensar los envases de sus productos para ser más amigables con el medioambiente, utilizar energía sostenible, provocaron reducciones de gastos en sus procesos, además de mejorar su reputación.

Siempre los Centennials

Debemos considerar que las nuevas generaciones están observando muy de cerca cada movimiento de las organizaciones. Esta fuerte generación es la que actualmente se toma las redes sociales y todo el internet; los Centennials, están tomando el control con un punto de vista mucho más crítico y confrontacional, convencidos de que aún es posible un cambio.

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